En la provincia de Palencia, al norte de Castilla y León, existe un lugar donde el tiempo parece haberse detenido entre ábsides, canecillos y capiteles tallados hace casi mil años. Allí, más de doscientas construcciones medievales convierten la región en una de las mayores concentraciones de arte románico de toda Europa. No es exageración: lo que se conoce como románico palentino es, sin duda, uno de los conjuntos de monumentos más notables y extensos de este estilo arquitectónico en el continente.
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Este patrimonio se reparte en cuatro áreas bien diferenciadas: el románico norte, alrededor de Aguilar de Campoo y Cervera de Pisuerga; el de los valles de La Ojeda, Boedo y Valdavia; el románico del Camino de Santiago, que atraviesa la provincia de este a oeste; y el románico sur, menos conocido pero igualmente valioso. A lo largo de estas comarcas, se despliegan siglos de historia, estilos diversos y escenarios naturales únicos, como los del Geoparque de Las Loras o la Montaña Palentina.
Aunque muchos templos podrían ocupar un lugar de honor, hemos seleccionado ocho que resumen la esencia, la belleza y la riqueza de este “museo al aire libre”.
Santa María la Real de Aguilar de Campoo

Una antigua abadía benedictina del siglo XI marca el epicentro de los monumentos del románico palentino. Fue saqueada y abandonada durante siglos, pero hoy alberga el Centro Expositivo ROM, desde donde se estudia y difunde este patrimonio único. La restauración de su iglesia y su claustro ha permitido redescubrir uno de los enclaves monásticos más importantes del norte peninsular.
San Martín de Frómista

Icono absoluto del románico español, esta iglesia del siglo XI presenta un equilibrio casi perfecto en su planta, ábsides, torres cilíndricas y cornisa ajedrezada. Sus más de 300 canecillos y su elegante silueta convierten este edificio en un referente del llamado “románico culto”, vinculado a las rutas del Camino de Santiago y sus influencias artísticas europeas.
San Juan Bautista de Moarves de Ojeda

Una portada que deja sin aliento: un majestuoso pantocrátor flanqueado por los apóstoles tallado con un nivel de detalle excepcional. Esta iglesia del valle de Ojeda, en apariencia modesta desde lejos, es una de las obras más impresionantes del románico rural. Un templo que parece pequeño solo hasta que uno se detiene a observar su fachada sur.
Monasterio de Santa María de Mave

Del antiguo monasterio benedictino hoy solo se conserva su iglesia románica, pero es suficiente para admirar la sobriedad y la armonía de sus tres naves y tres ábsides. Situada junto al cañón del río Pisuerga, sus sillares rojizos le dan una presencia singular. Hoy la zona es también punto de partida para explorar espacios naturales como Las Tuerces, con sus formas kársticas fantásticas.
San Salvador de Cantamuda

A los pies de las montañas, casi rozando la Reserva Natural de Fuentes Carrionas, se levanta esta antigua colegiata de líneas limpias y una espadaña triple que se ha convertido en uno de los monumentos emblemas visuales del románico palentino. Se trata de un ejemplo del románico de transición, que hacia el siglo XIII empieza a anticipar formas góticas sin renunciar al equilibrio románico.
Santa María del Camino (Carrión de los Condes)

Ubicada en el corazón del casco histórico de Carrión, esta iglesia llama la atención por su rica iconografía en la portada meridional, donde una escena de la Epifanía representa a los Reyes Magos como peregrinos. A escasos metros, la iglesia de Santiago completa el conjunto con un impresionante pantocrátor. Este conjunto resume perfectamente el sincretismo del arte y la fe en pleno Camino de Santiago.
Iglesia de Santa Eufemia de Cozuelos

Situada en Olmos de Ojeda, es el único vestigio del antiguo monasterio de las comendadoras de Santiago (siglo X). Su estructura románica, desarrollada en tres fases entre los siglos XII y XIII, destaca por su ábside central ricamente decorado, una cúpula sobre trompas con esculturas de los evangelistas y una portada influida por San Andrés de Arroyo. En su interior sobresalen capiteles con escenas bíblicas, como Sansón y las Tres Marías ante el sepulcro, rescatados en parte del desaparecido claustro.
Monasterio de Santa María y San Andrés del Arroyo

Situado en Santibáñez de Ecla, fue fundado en 1181 por la condesa Mencía López de Haro para una comunidad de monjas cistercienses. Declarado BIC en 1991, conserva un conjunto monumental rodeado por una muralla y presidido por una iglesia con elegante cabecera románica iluminada por cinco ventanales. El claustro, una joya del tardorrománico, destaca por sus columnas dobles con capiteles vegetales y detalles escultóricos minuciosos. Su sala capitular, flanqueada por ventanales bíforos, guarda los sarcófagos de su fundadora. Un ejemplo sublime del tránsito del románico al gótico en Palencia.

A diferencia de otras zonas, el románico palentino no sigue una línea uniforme. Las divisiones territoriales, las influencias externas traídas por el Camino de Santiago y las transiciones estilísticas hacia el gótico han dado lugar a un mosaico de formas, donde lo incipiente, lo culto y lo evolucionado conviven sin conflicto. Cada iglesia es diferente; cada piedra tiene algo que contar.
Quienes se adentran en estas tierras descubren mucho más que arte: encuentran tranquilidad, autenticidad, paisajes que te dejan sin palabras… y la sensación de estar tocando el alma de una época que aún late entre los muros.
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