Un pasado de explotación minera
Aunque ya tenemos indicios de explotación minera durante la Edad del Bronce, no será hasta la Edad Moderna y, sobre todo, a partir del siglo XVIII, cuando se produce una profunda transformación del paisaje de Cornwall (Cornualles) y Devon, al sur de Inglaterra.
Durante este siglo y las primeras décadas del XIX, tiene lugar una auténtica revolución en la explotación minera, con la apertura de centenares de pozos y la introducción de nuevos ingenios para la mejora de la extracción.
A mediados del siglo XIX, la explotación se encuentra en el zénit de su actividad industrial, produciéndose dos tercios del cobre total mundial. Tras ello, empieza la decadencia del cobre y crece la extracción de estaño. A finales de siglo XIX y principios del XX, se inicia el declive general de las minas. Su cierre progresivo provocó el éxodo de la población la cual, de la misma manera que se desplazó a estas tierras buscando el trabajo en los yacimientos, las abandonó por la falta de ellos.
En Cornwall y Devon existieron cerca de 470 minas. La de Dolcoath fue la más grande y profunda, cuyo pozo principal, llamado New Sump Shaft, alcanzó los 1.000 m de profundidad. En 1998 cerró South Crofty, en Tuckingmill, la última mina que se mantenía en actividad.
El legado de las minas
El patrimonio material e inmaterial conservado en los condados de Cornwall y Devon, gracias a la explotación minera, es impresionante. La actividad industrial fue el motor de la vida de la región y esa esencia se mantiene viva tras décadas de inactividad.
Las principales consecuencias de la explotación minera fueron el aumento de la población, que se duplicó, y el desarrollo de los transportes, las comunicaciones y una industria afín basada en la fundición de motores y maquinaria.
Produjo mucha riqueza en empresarios, antiguas familias terratenientes y en algunas familias más modestas. En cambio, también produjo pobreza en la mayoría de la población, debido a la abundante mano de obra, la cual provocaba salarios reducidos y condiciones laborales y sanitarias precarias.
También se crearon multitudes de organizaciones obreras, empresariales y científicas, como la Royal Geological Society of Cornwall, en Penzance en 1814, la cual fue la segunda sociedad geológica del Reino Unido, tras la de Londres, la Royal Institution of Cornwall o la Escuela de Minas de Camborne.
Los ingenios técnicos
En las minas de Cornwall y Devon se produjeron las más importantes e innovadoras técnicas para la extracción del mineral. Su tecnología influyó en las posteriores explotaciones mineras de todo el mundo. Algunos de sus principales avances técnicos fueron:
- ca. 1705: Thomas Newcomen instala el primer motor de balancín (beam engine). Una máquina de vapor que accionaba una bomba hidráulica para la extracción de agua. Su funcionamiento era muy caro, por lo que a mediados de siglo ya solo quedaban 3 instaladas.
- 1777: James Watt instala su primera máquina de vapor en la Mina de Ting Tang, en Gwennap, reduciendo los costes y el tiempo de drenaje. Ello provocó una reducción del proceso de extracción de agua.
- Mediados XIX: Richard Trevithick construyó un motor de alta presión, lo que permitió dar mayor profundidad a los pozos mineros. Gracias a ello, Cornwall se convirtió en la región de mayor producción de cobre del mundo.
Además, destacan dos artefactos que caracteriza la explotación en la región: El motor de Cornwall y el elevador de varilla.
Motor de Cornualles
El «Cornish engine» o «Motor de Cornualles» fue inventado alrededor de 1830. Es un tipo de máquina de vapor con influencias del motor de balancín, pero que usa una presión más alta que los motores de este tipo.
Sus principales usos fueron el bombeo de agua del interior de las minas, impulsar los elevadores de varilla, arrastrar materiales por las galerías o accionar molinos de mineral.
En la actualidad, el Museo de Agua y Vapor de Londres acoge la mayor colección de motores de Cornwall. En la región se encuentran dos ejemplares en el Museo Cornish Mines & Engines.
Elevador de Varilla
También se le conoce como «Elevador de Hombres» o «Man engine».
Aunque inventado en Alemania, fue introducido en las minas de la región en 1842, donde fue rápidamente expandido, siendo uno de los ingenios más significativos de Cornwall.
Se trata de un artefacto que permite el traslado de los mineros al interior y al exterior del pozo; se acciona mediante una doble barra que es impulsada por una rueda hidráulica o una máquina de vapor.
Con este último impulsor, la carga podía ser mayor y se reducía más de la mitad el tiempo de viaje de los mineros.
Cornwall y Devon, Patrimonio de la Humanidad
Por todo este legado, el paisaje minero de Cornwall y oeste de Devon fue considerado Patrimonio de la Humanidad en 2006.
Se trata de un sitio patrimonial diseminado por todo el territorio de ambos condados, con una superficie total de protección de 20.000 ha aproximadamente, y que cuenta con una gran cantidad de bienes muebles, inmuebles e inmateriales en consideración.
De todos estos bienes patrimoniales son de destacar el propio paisaje minero, donde se incluyen las cerca de 470 minas existentes, castilletes, chimeneas y otros elementos afines; las ruinas de las salas de máquinas y de tratamientos, y casas de motores de bombeo; la innovación de los ingenios técnicos; o los sistemas de redes e integración.
El sitio patrimonial cuenta con 10 zonas o áreas:
A1. Distrito minero de St Just
A2. El puerto de Hayle
A3. Distritos mineros de Tregonning y Gwinear con Trewavas [Godolphin]
A4. Distrito minero de Wendron
A5. Distritos mineros de Camborne y Redruth con Wheal Peevor y el puerto de Porreath.
A6. Distrito minero de Gwennap con Devoran y Perran y Kennall Vale
A7. Distrito minero de St Agnes
A8. Valle de Luxulyan y Charlestown
A9. Distrito minero de Caradon
A10. Distrito minero del valle de Tamar con Tavistock
Desde la declaración de Patrimonio de la Humanidad en 2006, ha tenido lugar un proceso de reconversión, enfocando las antiguas instalaciones industriales al turismo cultural y natural. En ellas se puede disfrutar de hasta 19 atracciones mineras, donde se incluyen centros de interpretación, descenso a pozos, visitas o rutas, incluidas en la Ruta Europea de Patrimonio Industrial ERIH.