Exposiciones

«La bailaora Josefa Vargas» llega como obra invitada al Museo del Romanticismo

El retrato de la bailaora Josefa Vargas, propuesta del Museo Nacional del Romanticismo para su Obra Invitada. Se podrá ver hasta el 27 de febrero.

El Museo del Romanticismo, perteneciente al Ministerio de Cultura y Deporte, presenta  un año más la «Obra Invitada». Se trata de un programa que pretende profundizar en el conocimiento  del Romanticismo. Para ello, desde 2012, se amplían los contenidos de la exposición permanente a través de la  muestra temporal de piezas de otros museos y colecciones privadas. Además, de esta forma se contextualiza también así su propia colección. Este año, la obra invitada en el Museo del Romanticismo es La bailaora Josefa Vargas. Esta obra de Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina sigue la estela de otras obras como el retrato de Eugenia de Montijo de Franz Xaver Winterhalte o el de la actriz María Guerrero en el papel de doña Inés, obra de Raimundo de  Madrazo.

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Antonio María Esquivel y Suárez de Urbina,  
La bailaora Josefa Vargas, 1850. Óleo sobre  
lienzo. Fundación Casa de Alba. Palacio de las  
Dueñas, Sevilla.

Además, en consonancia con el reconocimiento y los triunfos de «la Vargas»,  protagonista del retrato y una de las bailarinas más destacadas en los coliseos de  mediados del siglo XIX, esta nueva «Obra Invitada» ofrecerá a los visitantes un montaje  marcadamente escénico, dotado de gran teatralidad para la ocasión. Jugando con las  inspiraciones de la indumentaria bolera, recogerá el ambiente y al público para la  contemplación de la obra. Se acompaña, además, de una propuesta musical en forma de  “playlist” para una mejor contextualización de la pieza (https://cutt.ly/7Tfgnzh).

Una danza de gran popularidad en la España del XIX

La danza bolera alcanzó una gran popularidad a mediados del siglo XIX, convirtiéndose  en el baile nacional por excelencia en el Romanticismo. Se basaba en los bailes populares  andaluces, destacando su «braceo a la española», en combinación con las posiciones del  ballet clásico en las piernas y pies, presentando también influencias de los bailes  cortesanos. Llevaba asociada una indumentaria específica, con una falda más corta y  zapatillas de danza clásica, elementos que están presentes en la efigiada, junto con el  uso de las castañuelas acompañando el movimiento de los brazos. 

Además, la exposición de esta obra preludia al Congreso Internacional «Un siglo de danza  en España (1836-1936). Identidades, repertorios, imaginarios y contextos», que tendrá  lugar en el Museo del Romanticismo del 1 al 3 de diciembre. Viene, por tanto, a poner el  broche final a una programación cultural que durante este año ha estado orientada al  baile en el siglo XIX, con visitas temáticas y actividades destinadas a diferentes públicos. 

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