Agencia Sinc – Durante una campaña arqueológica desarrollada en 2018 en el Pico de los Ajos (Yátova, Valencia), uno de los yacimientos ibéricos más importantes de la Península, se encontró una lámina de plomo doblada sobre sí misma.
Las hojas metálicas usadas como soporte de escritura son relativamente comunes en los yacimientos de la cultura íbera, pero esta es una de las pocas que aparece en una excavación reglada –otras muchas proceden de expolios– y la primera encontrada en el Pico de los Ajos.
Tras su limpieza y adecuación en el Museu de Prehistòria de València (MPV), investigadores de departamento de Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Valencia (UV) la estudiaron y otros científicos de la Universidad de Barcelona (UB) la interpretaron paleográficamente.
Los resultados, publicados en la revista Veleia, revelan que la escritura íbera de la lámina es arcaica y de temática desconocida, aunque sí se ha podido transcribir fonéticamente. Escrita por ambos lados y conformando un único texto, se pueden identificar símbolos ibéricos de sonoridad conocida.
“El ibérico es una lengua que continúa sin poder traducirse, pero en la que los expertos avanzan poco a poco en la identificación de palabras y esto ayuda a interpretar qué tipo de textos eran”, explica el coautor David Quixal de la UV.
De hecho, en este plomo se ha podido identificar con bastante seguridad el nombre de una persona, To?aibele?, presumiblemente el autor del texto o quien lo encargó.
Posible texto religioso
En cuanto a la temática, se descarta su naturaleza comercial o administrativa, por lo que una hipótesis es que pueda ser un texto religioso. “Sus características formales son poco comunes, siendo el paralelo más cercano el de las láminas votivas de El Amarejo (Albacete) –señalan los autores–, y la presencia del elemento kutu?, frecuente en las inscripciones votivas rupestres, también apuntaría a una interpretación religiosa”.
En cualquier caso, no está claro el mensaje que contiene y, por tanto, tampoco el contexto exacto en el que debe situarse, aunque los investigadores barajan una horquilla temporal.
A pesar de que su contexto arqueológico tiene una cronología de finales del siglo II a. C. o principios del I a. C. –explican–, este nuevo plomo presenta una paleografía arcaica, del siglo III a. C. o quizás incluso del IV a. C. (otras láminas similares generalmente son posteriores). Esto se explicaría bien por el hecho de aparecer en un edificio dedicado al reciclaje de herramientas y útiles metálicos, siendo en ese momento la lámina solo un objeto metálico más, fuera de su contexto original”.
“Este yacimiento posee uno de los mayores conjuntos de textos escritos en ibérico de toda la península ibérica”, destaca Quixal. El poblado de Pico de los Ajos estuvo habitado al menos desde el siglo VII a. C. y abandonado posteriormente entre los siglos I a. C. y I d. C.
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