La huella de carbono es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el ser humano. Prácticamente todas las actividades humanas tienen su reflejo en la huella de carbono. Una de las actividades donde mayor huella se encuentra en la construcción. E, incluso, durante toda la vida de los edificios. Solo la fase de construcción y cadena de suministro de materiales supone entre el 10 y el 20% de la huella del edificio en sus años de existencia. Este hecho ha dado lugar a que se esté trabajando para poder conseguir unos materiales y un control de procesos más eficiente y mejorado. El objetivo: calcular dicha huella en los edificios durante toda su vida para poder descarbonizar su huella. Y las compañías que trabajan en el sector de las casas pasivas, Passivhaus, tienen mucho que aportar en esta lucha contra la huella de carbono.
Un paso importante en este proceso lo aportan las casas industrializadas, cuya construcción tiene lugar en una fábrica, se dan un tipo de procesos muy controlados consiguiendo buenos resultados medioambientales. Por esa razón, son un buen ejemplo de lucha por la reducción de la huella de carbono. Una de las mejores aportaciones es la reducción de la huella por la rapidez, el menor número de viajes, menores consumos, menos residuos, etc. La razón es que no se genera huella de carbono si no se consume energía.
En España, el Consorcio Passivhaus, líder en construcción consciente, es una de las entidades, que se ha puesto manos a la obra. Una apuesta respaldada por todas las compañías que forman parte de la asociación. Tal y como explica Eloi Tarrés, CEO de Evowall, empresa de construcción industrializada de casas pasivas y miembro del consorcio, con las Passivhaus “mejoramos la huella por la rapidez, menos número de viajes, menores consumos, menos residuos, etc. y esta es la gran aportación que hacemos ya que la mejor energía es la que no se consume” por tanto “no generamos huella de carbono si no consumimos energía”.
Materiales y procesos amables con el medio ambiente
En las viviendas tradicionales, todos los materiales y productos tienen protagonismo a la hora de construir una vivienda eficiente y con el menor impacto medioambiental. Desde el Consorcio Passivhaus, la responsable del Comité Técnico y arquitecto del Departamento de Prescripción de la compañía Kömmerling, señala que «en una casa pasiva, o de máxima eficiencia energética la carpintería de altas prestaciones adquiere un papel determinante en la reducción de consumos energéticos y de emisiones de CO2 en todo su ciclo de vida”. De tal forma, «la elección del material no ha de centrarse solo en la fase de uso, sino que debe abarcar desde la fase de extracción de las materias primas, hasta la reincorporación de material reciclado en los procesos de fabricación, pasando por las fases de fabricación de dichos sistemas”.
El uso de materiales sostenibles y 100% reciclables es una de las apuestas amigables para combatir el calentamiento global. «Ambos materiales aumentan sustancialmente el aislamiento térmico, evitando la pérdida de energía. Tienen un ciclo de vida total de 350 años, en sus 10 ciclos de uso aproximados y sin pérdida de propiedades. De hecho, el PVC es sin duda el mejor material para el sector de la carpintería y el que más ayuda al objetivo de descarbonización y emisiones cero fijados por la Comisión Europea para 2030», asegura David Esquitino, responsable de Marketing de Deceuninck.
Una de las razones que hacen del es que es menos dependiente del petróleo. «Sus componentes provienen del petróleo bruto (43%) y, principalmente, de la sal común (57%). Es uno de los materiales más versátiles, eficientes y sostenibles, la energía empleada en su producción y su larga vida útil (entre 15 y 100 años) colabora con la economía circular» afirma Juan Miguel Cantó, director comercial de Replus, empresa de ventanas certificadas Passivhaus de PVC.
Aislamientos para reducir el carbono
Un elemento fundamental en el camino por la descarbonización la transparencia que se puede ejercitar a través de Declaraciones Ambientales de Producto (DAPs). Por eso, algunas compañías del consorcio la han incorporado a su filosofía de trabajo. Es el caso de SWISSPACER, que apuesta por «proporcionar datos transparentes y verificados» a los clientes», dice Victoria Renz-Kiefel, gerente de la compañía. Pero no solo eso, sino que «también utiliza los datos de las DAPs para optimizar los procesos en su propia organización».
En lo que se refiere al aislamiento de edificios, se debe hacer referencia a la certificación ISO 14001. «Esta certificación reconoce las medidas empresariales voluntarias para la protección del medioambiente que contribuyen a un proceso de mejora continua. Para ello, se deben establecer objetivos cuantificables como eliminación de residuos, reducción del consumo de energía y disminución de CO2 por la producción de energía fotovoltaica», aclara Manuel Medina-director de ISO-Chemie y presidente del Consorcio Passivhaus. Con ellas, además, se fomenta el ahorro de recursos gracias a la transformación de materiales reciclables y respetuosos con el medioambiente y la salud. Así como un uso moderado de agua, electricidad y materias primas.
Los resultados de aislamiento son imprescindibles para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la edificación. Para ello se están introduciendo de manera progresiva nuevas tecnologías carbono-friendly, como está haciendo la compañía Knauf Insulation. «Para conseguirlo, hemos creado un fondo de sostenibilidad del 10% del gasto de capital que se destinará a nuevos proyectos que reduzcan las emisiones de carbono y nos hemos marcado una nueva hoja de ruta para la introducción progresiva de nuevas tecnologías carbono-friendly en la fabricación de sistemas y soluciones bajo el paraguas de Knauf Insulation», explica Oscar del Rio, director General de la compañía
Por otra parte, las soluciones de clima interior para las casas pasivas son una apuesta más que necesaria para la mejora medioambiental. La ventilación equilibrada que ofrecen los sistemas de ventilación con recuperación de calor y sus altas prestaciones contribuyen a un aire más sano, más energía recuperada y una menor emisión de dióxido de carbono. Un reto que ha asumido Zehnder Group Ibérica. «Con la comercialización de 100.000 unidades de uno de los modelos de la compañía en 2020 contribuyó a la recuperación de hasta 650.000 MWh de energía, se evitaron hasta 170.000 toneladas de CO2 y se realizaron hasta 2,7 mil millones de respiraciones de aire filtrado”, según explica su Country Manager, Josep Castellà.
Control solar para el ahorro energético
Hablando de control solar, hay estudios que demuestran el enorme potencial de ahorro energético que tienen los sistemas de control solar de exteriores. Con ellos, las Passivhaus ayudan a minimimzar huella de carbono en el proceso de edificación. Las persianas graduables salvan alrededor de 8,5 toneladas de CO2 a lo largo de su ciclo de vida. Sin embargo, solo generan 150 kg de CO2 en su producción. Por tanto, ahorran casi 60 veces su huella de emisiones de CO2 en un promedio de 20 años de vida. Una tarea en la que se ha embarcado Griesser, compañía especializada en la fabricación de es te tipo de persianas. «Nuestros sistemas de control solar regulan el calor como un termostato en la ventana del mismo modo que actúan como un dimmer regulador de intensidad para controlar la entrada de luz”, declara Arkaitz Aguirre, International Business Partner Developer en Griesser.
El estándar de construcción Passivhaus es uno de los modelos que persiguen conseguir unos edificios de consumo casi nulo, y/o de balance neto o positivo,sin los que no es posible la reducción dela huella de carbono. Micheel Wassouf CEO de Energiehaus, empresa certificadora de este modelo, afirma que “como certificadores oficiales y formadores en edificios pasivos tenemos la tarea de difundir este modelo y que todo que supone ser una casa de construcción sostenible se cumpla y de este modo se reduzca de la manera más eficaz la huella de carbono, esa es nuestra contribución al planeta”.
