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Béla Bartók: ese húngaro maravilloso que despierta la imaginación del oyente

El pasado 26 de septiembre se cumplieron 75 años de la muerte de Béla Bartók. Desde esta página haremos una pequeña parada en su música, en su lenguaje particular de melodías generalmente disonantes y violentas, ritmo inquietante y con una increíble pericia orquestal impuesta en la mayoría de sus obras que podríamos catalogar de “maravillosa”.

Béla Bartók nació el 25 de marzo de 1881 en Nagyszentmiklós, en la región del Banato, que desde 1919 pertenece a Rumanía con el nombre de Sânnicolau Mare.

Apasionado de su tierra natal, nunca se sentirá a gusto con las instituciones políticas húngaras. No obstante, permanecerá apegado a su país. Su vida la ocupará dedicado a la enseñanza musical y a la composición.

Exiliado a Estados Unidos por la Segunda Guerra Mundial, sufrirá penurias económicas por el poco interés que genera su música en América. Encargos como el Cuarteto para Cuerdas nº6, Concierto para piano nº 3 y el inconcluso Concierto para viola, le devolverán la confianza artística.

Nunca regresará con vida a Hungría. Morirá en Nueva York en 1945 a los 64 años. Sus restos mortales fueron transferidos a Budapest en 1988.

Los inicios de la etnomusicología

Bartók usando un gramófono para grabar sonidos folclóricos de ciudadanos eslovacos. 1908 (wikimedia).

Béla Bartók, compositor húngaro considerado uno de los mejores de su país, destacó por ser un excelente investigador de la música folclórica de los países del Este de Europa (gracias a su relación con Zoltán Kodály) y uno de los fundadores de la etnomusicología.

Como cualquier compositor progresista, no creía en la sinfonía como mejor medio de expresión musical de futuro por lo que, escasamente, solo orquestó el tercer movimiento scherzo, de su Sinfonía en Mib M, de 1902 (scherzo, min. 16:43); el resto de la obra son meras conjeturas.

Precisamente su música revolucionaria, nunca inscrita en las corrientes nacionalistas de la época, es la que os queremos traer hoy aquí.

Comencemos por escuchar el poema sinfónico Kossuth BB 31 de 1903 para orquesta, inspirado en el héroe de la revolución húngara de 1848, Lajos Kossuth.

Generalmente, un poema sinfónico consta de un solo movimiento, pero este tiene diez pequeñas secciones o movimientos. Su instrumentación y progresiones cromáticas de color húngaro van describiendo al héroe utilizando elementos musicales al estilo de Franz Liszt, como en el penúltimo movimiento (min. 17:18 del vídeo) marcha fúnebre donde se puede oír un pequeño tema transformado de la Rapsodia Húngara nº 2 de Liszt.

La obra en el exilio

Poster con las actividades realizadas con motivo del centenario de su nacimiento. 1981.

Damos un salto en el tiempo y nos trasladamos a 1937, cuando Hitler y la Segunda Guerra Mundial van a cambiar la vida de Bartók.

La segunda obra que os traemos es la emblemática Música para cuerda, percusión y celesta BB 114. De extrema expresividad y fuerte carga vital donde los instrumentos elegidos, dos orquestas de cuerda y una batería de percusión, con celesta, nos descubren un clima misterioso de carácter diabólico.

En ella, Bartók vuelve a la música folclórica húngara natal, ritmos golpeantes, irregulares, melodías en ascenso y descenso que dibujan en nuestro oído, como si de los ojos se tratara, una fotografía de su gran creatividad, de su propio mundo especial, provocativo y dinámico.

Y llegamos al final, la última obra que os proponemos escuchar es el Concierto para viola BB 128 de 1945 que no pudo terminar. Desde un apartamento en Manhattan, acompañado de su mujer, la pianista Ditta Pásztory, y con algunos encargos musicales en mente, la salud empieza a fallarle. No vivirá para ver exitosa su música a finales de los 50. Pero los encargos que le hicieran los célebres violinistas, Yehudi Menuhin y William Primrose (para el que escribió este concierto para viola), alentaron su entusiasmo.

“Me alegra mucho poder decirle que su concierto para viola está listo en borrador, así que sólo hay que escribir la partitura… Lo más probable es que algunos pasajes resulten incómodos o no se puedan tocar. Esto lo discutiremos más tarde de acuerdo con sus observaciones.”

Nunca llegará la discusión.

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