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Tres museos industriales de Lisboa que te sorprenderán

La capital portuguesa es mundialmente conocida por los fados, las sardinas, el gótico manuelino, Alfama, la Baixa, Belém… Con todo su patrimonio, sus callejuelas y miradores y su agenda cultural, es un lugar idóneo donde perderse. Dentro de sus numerosos y variados centros de arte, la ciudad acoge tres museos poco conocidos que sorprenderán al visitante. Se trata del Museo del Agua, el Museo de la Electricidad y el Museo de Carris.
Sala de los Generadores del Museo de la Electricidad. Foto: Manuel Carreres, 2010.

Lisboa es una ciudad para descubrir, con calma; como la propia sociedad portuguesa. Capital de medio mundo tiempo atrás, entre sus calles aún se perciben esas historias de navegantes y descubridores. Todo ello también se refleja en su cultura y en los museos, en los cuales se vislumbra ese intercambio y poder a través de obras de arte de todas las épocas y lugares.

Sin embargo, la ciudad lisboeta encierra unos museos muy particulares que son bastante desconocidos para buena parte de los visitantes. Se trata de tres museos de temática industrial que están estrechamente relacionados con la modernidad de la ciudad y que representan mejor que ningún otro los cambios y las mejoras de salubridad de una ciudad: el agua, la electricidad y los transportes.

Aunque a priori su temática podría no resultar atrayente para el visitante común, la cantidad y calidad de objetos y maquinara histórica que conservan, así como su singularidad y personalidad, comportará una grata sorpresa a quién los descubra.

Museo del Agua

Exterior del Museo del Agua. Foto: Manuel Carreres, 2010.

El Museu da Água da EPAL se compone, en realidad, de diversos monumentos distribuidos por toda la ciudad, construidos en los siglos XVIII y XIX, cuyo conjunto muestra la importancia del suministro y distribución del agua a Lisboa. El más importante de ellos, por ser la sede principal, es el de la antigua estación elevadora a vapor de los Barbadinhos.

El edificio de la Estação dos Barbadinhos estuvo en funcionamiento entre 1880 y 1928 y en su interior aún se conserva un patrimonio industrial único: las máquinas de vapor originales y sus respectivas bombas, principal atractivo del museo. En origen, la estación estaba compuesta por tres cuerpos, la carbonería, la sala de las calderas y la de máquinas. En la actualidad, la sala de las calderas presenta una exposición permanente sobre la importancia del agua en la ciudad a nivel histórico, científico, tecnológico y sostenible.

Interior del Museo del Agua. Foto: Manuel Carreres, 2010.

Otro de los elementos que forma parte del Museo del Agua es el Acueducto de Águas Livres, una impresionante obra de ingeniería construida entre 1731 y 1799. Destaca su arcada de 941 m sobre el valle de Alcântara, donde alcanza los 65 m de altura. El conjunto del museo se completa con los embalses de Mãe d’Água das Amoreiras (1746) y del Patriarcal (1864), así como las cinco galerías subterráneas que recorren el subsuelo lisboeta, entre las que destaca la de Loreto. En 1990 el museo fue galardonado con el Premio Museo del Consejo de Europa.

Acueducto de las Águas Livres. Foto: Manuel Carreres, 2010.

Museo de la Electricidad

Exterior del Museo de la Electricidad. Foto: Arquivo Museu da Eletricidade – EDP, 2015.

El Museu da Eletricidade de la Fundação EDP se encuentra en el histórico barrio de Belém. El monumental edificio donde se sitúa fue la Central Tejo, una primitiva central termoeléctrica que abasteció de energía la capital portuguesa entre 1909 y 1972. El conjunto industrial actual fue construido entre 1914 y 1951.

En el interior del museo se conserva toda la maquinaria original de la Central Tejo, destacando cuatro grandes calderas de más de 30 m de altura, dos turboalternadores y sus correspondientes condensadores, así como las depuradoras, conducciones, sinfines, etc. Todos estos elementos permiten seguir un recorrido por todo el proceso de producción de energía, a través de tres sendas: la del carbón, la del agua y la de la electricidad.

Sala de las Calderas del Museo de la Electricidad. Foto: Manuel Carreres, 2010.

Buena parte de la maquinaria ha sido musealizada, lo que permite observar su funcionamiento (e incluso penetrar en el interior de una caldera) y revivir el proceso de producción; así mismo, los diferentes tubos que recorren las salas, se han pintado para mejorar su interpretación. El museo se complementa con una serie de exposiciones temáticas dedicadas a las invenciones de la electricidad, los tipos de energía y la sostenibilidad, así como salas de exposiciones temporales, interactivas y de experimentación. En la actualidad, la Central forma parte del Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT).

Sala de los Cinzeiros del Museo de la Electricidad. Foto: Manuel Carreres, 2010.

Museo de Carris

Vehículos restaurados en el exterior del Museu da Carris. Foto: Lisboa Secreta, 2020.

El Museu da Carris se enclava en unas antiguas cocheras de la compañía, situadas en unos de los principales e históricos barrios de Lisboa: Alcântara. El museo cuenta con diversos espacios donde se presenta la historia de los transportes públicos de la ciudad y su importancia para el desarrollo de la misma.

La plaza central, entre raíles, distribuye los núcleos que componen el museo. El Núcleo 1 muestra una cronología histórica de Carris y del Metropolitano de Lisboa. Se inicia con la fundación de la compañía de tranvías y la tracción animal, así como su electrificación llevada a cabo en los albores del siglo XX. Los ascensores de Lavra, Glória y Bica y el Elevador de Santa Justa, también gestionados por Carris, se encuentran representados en su propia sala. Todo ello se complementa con documentación y objetos históricos.

Sala de restauración en el Museo de Carris. Foto: Manuel Carreres, 2010.

El segundo núcleo es de mayor atracción al visitante ya que allí se sitúan los antiguos vehículos de Carris, perfectamente restaurados y conservados. En la primera sala se emplazan los primitivos tranvías a tracción animal y los primeros vehículos eléctricos, datados hasta los años 40 del siglo XX. La segunda sala se compone de los tranvías de la segunda mitad del siglo XX y de los autobuses. Un tercer núcleo presenta aquellos vehículos en proceso de restauración.

3 comments

  1. Qué pena que este artículo me llegase una semana tarde…. acabo de estar en esa preciosa ciudad. En cualquier caso, ¡gracias!, para cuando vuelva, lo tendré en cuenta 😉

    1. Vaya, qué lástima! Esperemos que cuando vuelvas tengas la oportunidad de visitarlos, porque seguro que te quedas fascinado con toda la maquinaria que conservan. Saludos

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