Arte y patrimonio

La luz del gótico

El arte gótico surgió en la Europa occidental cristiana en el siglo XII y perduró hasta los siglos XV o XVI, según regiones. En su origen, el término gótico desprestigiaba al arte anterior al Renacimiento. Sin embargo, en el siglo XVII fue revalorizado en Inglaterra y Alemania y, en el XIX, Violet Le Duc le dio una perspectiva nacionalista.

El mundo gótico

El gótico es un arte urbano y burgués, relacionado con el aumento demográfico y con el auge del comercio internacional entre Oriente y Occidente. Una nueva jurisdicción impulsó la economía, centralizando la soberanía en los gobiernos municipales y creando nuevas estructuras sociales.

En esas nuevas ciudades nacen las universidades, donde se difunde el pensamiento de San Francisco de Asís y de Santo Tomás de Aquino, cuyas ideas humanistas influirán en la sociedad y en el arte. Este se encuentra dentro de una nueva visión positiva del mundo natural que responde a una nueva religiosidad; pero el gótico no es un solamente un arte religioso.

Catedral de Beauvais. Foto: SofiLayla (pixabay).

Un mecenazgo urbano

Debido a los nuevos poderes establecidos, el contexto de la producción artística cambia, aumenta la demanda, crece el consumo privado de arte, el interés por el objeto y se cultiva la autoimagen. Por esa razón, además la Iglesia, los principales mecenas del nuevo arte serán las cortes, el linaje patriarcal, la burguesía y las órdenes mendicantes.

No obstante, y a excepción de la arquitectura y la orfebrería, el arte seguirá considerándose una actividad manual y los artistas unos artesanos. Pero sí son conocidos e independientes y se sedentarizan en las ciudades, surgiendo las fábricas de las catedrales, los encargos y el comercio artístico.

Catedral de Nôtre Dame de París, antes de perder su aguja característica. Foto: Zuffe (wikimedia).

A partir de la arquitectura gótica francesa, la cronología del estilo se divide a grandes rasgos en cuatro etapas, las cuales no siempre coinciden con la de otros países:

  • Gótico preclásico (primitivo o temprano). Segunda mitad del s. XII. Catedral de Nôtre-Dame de París.
  • Gótico clásico (pleno). Primera mitad del s. XIII. Catedrales de Chartres, Reims y Amiens.
  • Gótico radiante (manierista). Segunda mitad s. XIII – mitad s. XIV. Sainte-Chapelle de París o Catedral de Beauvais.
  • Gótico tardío (final o flamígero). Final s. XIV – mitad s. XVI. Catedral Saint-Gatien de Tours.

La mística de la luz: la arquitectura

Fachada de la Catedral de Reims. Foto: bodoklecksel (wikimedia).

La catedral es el edificio por excelencia, el orgullo de la ciudad. La arquitectura responde a la teología de la luz de Pseudo-Dionisio Areopagita y al naturalismo aristotélico y escolástico; así, el espacio recibe una clara dimensión simbólica.

La luz natural del sol se concibe de manera espiritual, transformada al pasar por las vidrieras, las cuales exigen la articulación del muro y un espacio diáfano. Para Duby (La época de las catedrales) la arquitectura del Suger alaba a Dios, “Dios es luz”, la luz se entiende como un elemento mediador entre Dios y el ser humano.

Rosetón en la Catedral de Nôtre Dame de París. Foto: skeeze (pixabay).

Los elementos tienden a la verticalidad, se vacía el muro y se incorpora el chapitel, los gabletes y los grandes ventanales. El sentido ascensional es debido a las nuevas técnicas cuyos elementos tienden a la verticalidad, por lo que se incorpora el chapitel y los gabletes. También se vacía el muro, dando lugar a los grandes ventanales por donde entra esa luz espiritual.

La gradual transformación del muro es posible gracias a los nuevos arcos. El arco apuntado u ojival permite una mayor elevación y muros más delgados gracias a los menores empujes horizontales. A sus múltiples variedades (conopial, carpanel, mixtilíneo…) se le unen columnas adosadas que terminan convirtiéndose en baquetones con un capitel único. Por su parte, la bóveda de crucería traslada las cargas a los pilares, arbotantes y contrafuertes, y forma un esqueleto de nervios que convergen en una clave, de manera que cada tramo tiene total independencia.

Catedral de Salisbury. Foto: Manuel Carreres Rodríguez.

A nivel compositivo, la catedral posee una planta de cruz latina, de cabecera normalmente con presbiterio poligonal, torres y una fachada que refleja la distribución interior en naves. Estas se organizan en niveles divididos en: piso inferior de arcadas, galería o tribuna, triforio y claristorio.

Las novedades francesas se transmiten a los otros países; concretamente desde la abadía de Saint-Denis, vinculada a la reforma de la orden del Císter de Bernardo de Claraval en 1119. La reforma indicaba que los templos debían carecer de una excesiva ornamentación, por eso al principio la innovación solamente es técnica.

Por lo que se refiere a la arquitectura civil, proliferan los palacios, casas señoriales, hospitales, lonjas y sedes gubernamentales, que responden a un renacer de las ciudades y de las instituciones civiles.

La humanización plástica

Altar Mayor de la Catedral de Winchester. Foto: David Iliff (wikimedia).

Dentro de las artes plásticas, sus características fundamentales son la humanización y el naturalismo, en contraste con el simbolismo e hieratismo románicos, relacionados con la nueva mentalidad y espiritualidad. Frente al Dios inaccesible y omnipotente románico, se encuentra el Dios misericordioso gótico.

La escultura, más narrativa y hasta anecdótica, muestra los sentimientos de los personajes. Sus fuentes iconográficas son la vida de Cristo y de la virgen, la hagiografía, los evangelios apócrifos etc. pero también reyes, nobles y burgueses. Se abandona el frontalismo y, del naturalismo idealizado, se pasa a una mayor estilización y posturas curvas. Las nuevas formas de piedad se reflejan en la humanidad de las figuras, como la comunicación existente entre la Virgen con el niño o en el sufrimiento del Cristo crucificado.

Sepulcro del “doncel de Sigüenza” en la catedral de Sigüenza. Foto: Manuel Parada López de Corselas (wikimedia).

En la escultura monumental se adquiere un sentido volumétrico y gran decoración. En las portadas, divididas normalmente en franjas, continúan el didactismo y los temas del románico, pero ahora con un Cristo triunfante (ya no apocalíptico). Las figuras son enmarcadas por animales y seres fantásticos, decoración vegetal y arquitectónica; la tracería en las ventanas se complica, culminando en el gótico flamígero.

Por lo que se refiere a la pintura, los muros se llenan de vidrieras, aunque las bóvedas y muros se continúan pintando al fresco. La pintura se reafirma en los retablos al temple sobre tabla y al óleo, así como en las miniaturas de los manuscritos.

Retablo de los Sacramento o de Fray Bonifacio Ferrer. Atribuido a Starnina, 1396-98. Museu de Belles Arts de València.

Podemos distinguir diversos estilos y etapas pictóricas claras:

  • El gótico lineal, de influencia bizantina, mantiene convencionalismos románicos y naturalismo más ingenuo (s. XIII – mitad s. XIV).
  • La pintura italogótica o trecentista (s. XIV) germen de la pintura moderna, hace desaparecer la línea de contorno, busca la profundidad y la emoción. Autores como Pisano, Cimabue, Duccio o Giotto desde las diferentes escuelas, darán paso a los renacentistas.
  • El estilo internacional (desde finales del s. XIV) se carga de anecdotismo, estilización, línea curva, movimiento y detallismo.
  • El estilo flamenco (desde principios del s. XV) introduce la pintura al óleo permitiendo veladuras y mayor variedad cromática. Los primitivos flamencos (los van Eyck, van der Weyden o El Bosco) con su minuciosidad, realismo y simbolismo consiguen crear una escuela que se difunde desde el centro de Europa.

El gótico es, por tanto, un arte que surge de las raíces románicas y nos lleva al Renacimiento. No existe pues una rotura entre el arte medieval y el moderno, sino una modernidad que se origina en el gótico.

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